So lawns are a big deal in Kansas City – no all over the U.S. Midwest wherever you have the four seasons. The hum of lawn mowers calls us to tend to the rapidly growing grass this time of year. But what might be considered an annoying duty is offset by the beauty of forsythia bushes bulging with yellow blooms as redbud, dogwood and wild plum trees also begin to display their colors. On nearly every street, poor neighborhoods and rich, trees are now in bloom. On some streets, one or two neighbors will defy the spring ritual and let their lawns grow with weeds and they too wave purple or yellow flowers in the wind.

It’s amazing what 39 inches of rainfall will do to an environment as opposed to the 15 we’ve been accustomed to in southern CA. But life in general, compared to southern California, is easier here. Above all, there is less struggle due to economic pressures. Here a working class couple can buy a house in a quiet neighborhood twenty to twenty five minutes from downtown even during the rush hour. A similar house that was affordable for them in the Los Angeles area would likely require a two hour drive to reach.

For the wealthy in Kansas City, a short drive from the office downtown will get them to neighborhoods that look like Beverly Hills. The neighbors will more than likely be in the “white” category on the U.S. Census. Ethnic diversity reigns farther out in the newer outlying districts of the City where African Americans and Hispanic Americans, along with the more recent immigrant population, move from the urban core neighborhoods that remain in decline. There are some mostly “white” suburban towns in the Greater Kansas City area but the districts near the city’s borders reflect a rainbow diversity.

Twenty five minutes from downtown, ours is a majority African-American neighborhood with a sizable Arab American presence. The largest mosque among the five in the Kansas City area from our home. This week Kansas City welcomed the first Syrian family to be admitted to the U.S. under a new Obama Administration resettlement program. But in a strange twist they will not be welcomed on the Kansas side of the City.

The Kansas – Missouri border runs north and south through Kansas City and the Kansas Governor Sam Brownback sides with those wanting to bar Muslim immigrants from the U.S. Before the U.S. Civil War, Kansas opposed slavery when Missouri joined the Confederate cause and Kansas led the way in the integration of northern U.S. public schools during the last century. So Governor Brownback’s opposition to Muslim immigrants stands out as a betrayal of his state’s support for equal opportunity and ethnic diversity in the past.

To those who live outside the U.S., this article’s focus on race and ethnicity may appear strange but the current Presidential campaign should help you understand why we in the U.S. are preoccupied with this aspect of social life. Thanks to Donald Trump and Ted Cruz, the country’s distrust if not fear of the “other” remains a favored means to gain donations and votes in this country. Like segregation of neighborhoods, public schools and churches in the past, the current efforts to arouse suspicion of Arab immigrants wins votes but goes against the progress of racial equality in Kansas City.

This presidential election year, we can hope that among the 10,000 Syrian immigrants entering the

U.S. before September 30 will be persons who eloquently remind us of the country’s founding values. As the father of the Syrian family who arrived in Kansas City this week declared, “I am Muslim” and then went on to say, “We are all the sons and daughters of Adam and Eve”.

As for our lawn, it’s doing fine. Last week, a couple of entrepreneurs in their early twenties came by the house and offered their services cutting and edging the grass. That sounded great and the price seemed fair but better yet they threw in a few extras when they mowed for the first time. Unlike California the lawn service workers here usually don’t speak Spanish but with over 50,000 persons who identify themselves as “Hispanic”, there will be plenty of opportunity to keep speaking Spanish.

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Los céspedes son una cosa grande en Kansas City – no mejor dicho por todas partes del Mediooeste estadounidense dondequiera que tenga las cuatro temporadas. El zumbido de cortacéspedes nos llama para tender a la hierba rápidamente creciente en esta época del año. Pero lo que se podría considerar un deber molesto es compensado por la belleza de arbustos de la forsythia que se hinchan con flores amarillas en tanto que redbud, el cornejo y los ciruelos salvajes también comienzan a mostrar sus colores. En casi cada calle, vecindades pobres y ricos, los árboles ya están en la flor. En algunas calles, uno o dos vecinos desafiarán el ritual de la primavera y dejarán a sus céspedes crecer con malas hierbas y en ellas ondan flores moradas o amarillas en el viento.

Asombroso es lo que 39 pulgadas de la lluvia harán a un ambiente a diferencia de los 15 a los cuales hemos sido acostumbrados en California del sur. Mas la vida en general, comparado con la del sur de California, es más fácil aquí. Sobre todo, la lucha debido a presiones económicas es menos pesada. Aquí una pareja de la clase obrera puede comprar una casa en una vecindad tranquila veinte a veinticinco minutos del centro de la cuidad aún en la hora de mayor tránsito. Una tal casa que sería económica para ellos en la región de Los Ángeles requeriría mas o menos un paseo de dos horas alcance.

Para los ricos en Kansas City, un paseo corto del centro de la cuidad los conseguirá a vecindades que parecen a Beverly Hills. Los vecinos estarán más que probablemente en la categoría “blanca” en el Censo estadounidense. La diversidad étnica reina más lejos en los distritos periféricos más nuevos de la Ciudad en donde los afroamericanos y los americanos hispanos, junto con la población inmigrante más reciente, se mueven de las vecindades principales urbanas que permanecen en la decadencia. Hay algunas ciudades suburbanas generalmente blancas en la área al margen de Kansas City pero los distritos cerca de las fronteras de la ciudad reflejan una diversidad del arco iris.

Veinticinco minutos del centro de la cuidad, la nuestra es una vecindad afroamericana de la mayoría mas con una presencia árabe americana importante. La mezquita más grande entre los cinco en la área de Kansas City se ubica de poca distancia de nuestra casa. Esta semana Kansas City dió la bienvenida a la primera familia Siria para ser admitida a los Estados Unidos según un nuevo programa en favor de refugiados Sirios de la Administración de Obama. Pero en una torcedura extraña no serán dados la bienvenida por el estado de Kansas.

La frontera de los estados Kansas y Misuri corre del norte al sur a través de Kansas City y el gobernador de Kansas Sam Brownback dió apoyo con los que quieren excluir a inmigrantes musulmanes de los Estados Unidos. Curioso que antes de la guerra civil estadounidense, Kansas se opusó a la esclavitud cuando Misuri se afilió a la causa Confederada y Kansas sirvió como modelo en la integración de escuelas públicas estadounidenses del norte durante el siglo pasado. Por tanto la oposición del gobernador Brownback a inmigrantes musulmanes se destaca como una traición del apoyo de su estado a igualdad de oportunidades y diversidad étnica en el pasado.

A aquellos que viven fuera de los Estados Unidos, atender como un enfoque de este artículo en la pertenencia étnica puede parecer extraña pero la campaña presidencial corriente le debería ayudar a entender por qué en los Estados Unidos somos preocupados por este aspecto de la vida social. Gracias a Donald Trump y Ted Cruz, la desconfianza del país si no el miedo del “otro” permanece como un medio favorecido de ganar donaciones y votos en este país. Como la segregación de vecindades, escuelas públicas e iglesias en el pasado, los esfuerzos actuales de despertar sospechas de inmigrantes árabes si ganan votos pero van en contra del progreso de la igualdad racial en Kansas City y en la nación.

Este año de eleccion presidenciale, se puede esperar que entre los 10,000 inmigrantes sirios que entran en los Estados Unidos antes del 30 de septiembre sea personas que elocuentemente nos recuerdan de los valores básicos del país. Como el padre de la familia siria que llegó a Kansas City esta semana declaró, “Soy musulmán” y luego siguió a decir, “Somos todos los hijos y las hijas de Adán y Eva”.

En cuanto a nuestro césped, todo muy bien. La semana pasada, un par de empresarios en sus años veinte pasaron por la casa y ofrecieron el servicio de mantenimiento de la hierba. Ese pareció perfecto y el precio pareció justo pero todavía aún más arrojaron en algunos extras cuando cortaron el césped por primera vez. A diferencia de California aquí los trabajadores de servicio de céspedes generalmente no hablan español, pero con más de 50.000 personas de Kansas City que se identifican a sí mismos como “hispanos”, habrá un montón de oportunidades para seguir hablando español.